Amplia victoria de Quimsa por 86-60. Sin recambio para Basualdo, pudo aguantar la pelea interior pareja en los veinte minutos iniciales. Y después debió resignarse a la superioridad local.
Disminuido cerca de la pintura, Quilmes sólo pudo mantener la paridad en el primer tiempo y fue vapuleado en el complemento por un Quimsa que se impuso 86-60 por una nueva fecha de Liga Nacional de Básquetbol. Los dirigidos por Silvio Santander cortaron una serie negativa de cinco derrotas.
Con uno menos en la rotación -Cantón fue resguardado por su lesión en la rodilla-, Quilmes se las ingenió para mantenerse ahí nomás de Quimsa en los veinte minutos iniciales.
Los locales fueron al frente en el marcador durante toda la primera parte, pero jamás establecieron un quiebre. Salvo esporádicos pasajes, la defensa quilmeña no les permitió lastimar en la pintura.
En consecuencia, los santiagueños debieron recurrir a su tiro exterior y, sobre todo, a su capacidad para sacar el contraataque. Cuando lo lograron -vía Sebastián Vega, autor de doce puntos en la primera mitad-, amagaron distanciarse. Pero no lo hicieron con demasiada frecuencia.
Quilmes no tuvo los porcentajes que habitualmente consigue en el Polideportivo. Sin embargo, atacó con orden y sus pocos aciertos exteriores fueron suficientes para mantenerse a tiro. Y también el muy buen primer tiempo de Iván Basualdo, activo en ataque y un titán en la captura de rebotes.
Pero en el tercer cuarto Quimsa salió decidido a jugar interior, a profundizar sus ofensivas, a desgastar a Basualdo, quien jugó sin descansos. Lo consiguió y logró distanciarse paulatinamente. En la medida que lo conseguía, el equipo marplatense perdía paciencia y orden. Y los santiagueños no se lo perdonaron. Capitalizaron cada error con contundentes contraataques. Y, sobre la parte final del cuarto, en la medida en que Quilmes intentó proteger su tablero, dio muchos espacios en el perímetro. También Quimsa aprovechó esa oferta con los “bombazos” de Massey. En consecuencia, los de Silvio Santander, con un parcial de 32-13, prácticamente sellaron la historia en esos diez minutos.
Quilmes ya no tuvo con qué volver al partido. Desgastado, se jugó los pocos boletos que le quedaban a la lotería del triple. Pero esta vez con muy poca fortuna. Y pensar que en Mar del Plata, a este mismo rival, le anotó nada menos que 22.
La gran diferencia que consiguió Quimsa (86-60) fue lógica para una pelea desigual. Quilmes se deberá olvidar rápido de ella para enfocarse en el duelo del martes con Olímpico.